Nunca más silenciadas
El terrorismo machista, que se ceba especialmente con mujeres, infancia, trans y todas aquellas personas que no entran en los esquemas patriarcales de género, supone una pesada lacra en esta sociedad capitalista. Esta negación sistemática de la diversidad social y racial es un producto más del mercado que nos necesita empobrecidas para expoliarnos desde la sumisión y la necesidad.
Ningún gobierno puede garantizar seguridad dentro de un Estado con privilegios patriarcales. Estamos ante un feminicidio de Estado donde los asesinatos machistas, lejos de prevenirse y erradicarse, continúan aconteciendo como si de una costumbre se tratase.
La ley, fiel reflejo de la sociedad burguesa, patriarcal y misógina nos condena cuando somos víctimas y amnistía a los depredadores sexuales perpetuando las inercias machistas.
El sistema judicial, ignorando conscientemente la necesaria visión de género en la aplicación de la ley, dictamina de forma indecente contra mujeres y menores.
La falta de atención a víctimas, vaciada de presupuestos, privatizando un servicio que debería ser público y usándonos como mercancías, conlleva a la desprotección de las mismas dando lugar a más violencia contra ellas.
Desde la Confederación General del Trabajo -CGT- promovemos un feminismo de clase que cambie nuestras conciencias hasta abolir la violencia para dar pasa un mundo más justo e igualitario done la vida y su desarrollo no corran peligro.
Nosotras llevamos un feminismo nuevo en nuestros corazones