Comienza la cumbre del clima entre denuncias de inacción contra el calentamiento global
Poco queda del optimismo de la cumbre de París, en 2015. Sin avances en los compromisos y debates producidos en las anteriores cumbres, la COP23 comienza a dibujarse como otra oportunidad perdida para frenar un cambio climático que ya está a las puertas.
Con la asistencia de cerca de 25.000 personas y protestas de las organizaciones ecologistas, este 6 de noviembre comenzó la 23ª Cumbre del Clima en Bonn, con una notoria ausencia: la del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El encuentro está presidido por Fiji, país que se ha esforzado en presentar la reunión como “visionaria”. Sin embargo, según denuncian desde Ecologistas en Acción, se llega a la cumbre “con los deberes sin hacer”. Frente a unos datos de temperatura y concentración de gases de efecto invernadero alarmantes, la organización ecologista denuncia la falta de acuerdos relevantes tras la Cumbre de París y “la actitud perezosa de los órganos internacionales”, que no ha presentado líneas de trabajo que permitan avanzar en los mecanismos necesarios para hacer efectivos los acuerdos adoptados en la capital francesa en 2015.
“De la cumbre de Marrakech en 2016 solo salieron declaraciones genéricas, en las que se posponían los asuntos importantes para las siguientes reuniones, y llegamos a la cumbre de Bonn con una inexistencia total de textos que faciliten el debate"
La “visionaria” reunión de la COP23 ha comenzado sin que hayan trascendido los textos de consenso de las reuniones previas, algo que hace muy difícil que esta reunión consiga avanzar en los compromisos adquiridos. “De la cumbre de Marrakech en 2016 solo salieron declaraciones genéricas, en las que se posponían los asuntos importantes para las siguientes reuniones, y llegamos a la cumbre de Bonn con una inexistencia total de textos que faciliten el debate. Y eso nos hace temer que lleguemos a 2018 sin los acuerdos necesarios”, señala a El Salto Javier Andaluz, responsable de cambio climático de Ecologistas en Acción.
La cumbre del clima de París, en 2015, causó momentos de optimismo ante la posición del presidente Barack Obama. Por primera vez, un mandatario estadounidense reconocía la responsabilidad de su país en el cambio climático. Unas declaraciones —"Tenemos la capacidad para cambiar el futuro aquí y ahora", llegó a decir—, acompañadas de la entrada con aportaciones millonarias en el Fondo Verde para el Clima. El triunfo de Donald Trump —que en 2012 llegó a decir que el calentamiento global era un concepto inventado por China para dañar a la industria de EE UU— enfriaron las expectativas. La falta de concreción tras la cumbre de Marrakech y el balance climático de los dos últimos años —con una proliferación de fenómenos metereológicos extremos— hizo el resto.
Pese al anuncio de Trump de que EE UU se saldría del Acuerdo de París, este movimiento todavía no se ha concretado. Según cuenta Javier Andaluz, los representantes estadounidenses en la cumbre de Bonn aún no han aclarado cuál será la posición de su Gobierno. “Para que EE UU se salga del Acuerdo de París es necesario un proceso largo, que duraría dos años, se tendría que ratificar en las siguientes cumbres y, por ahora, no se han visto pasos en ese sentido”, dice Andaluz. Sin embargo, admite, la mayor amenaza cercana es que Estados Unidos se retire del Fondo Verde para el Clima, pensado para compensar los efectos del calentamiento global, de donde es el mayor donante.
El objetivo principal de la cumbre del COP23 es establecer unos criterios comunes para determinar los esfuerzos climáticos que ya han realizado y a los que se comprometen los diferentes países para cumplir con los objetivos de París, donde se había acordado la intención de limitar el calentamiento global a 1,5 ºC. Sin embargo, denuncia Andaluz, los Acuerdos de París ya carecían de ambición para hacer frente a los efectos ya tangibles del cambio climático: “Los compromisos más importantes no son vinculantes y desaparecen menciones clave como son los derechos humanos, al mismo tiempo que se abren las puertas a falsas soluciones como la captura y almacenamiento de carbono, y a la especulación en los mercados de emisiones”. Además, señala, según un reciente informe de la ONU, si se cumplieran todos los compromisos adquiridos el aumento de la temperatura ascendería a más de 3º en las siguientes décadas.
“El año pasado tuvimos el Niño, que suele incrementar estos fenómenos climatológicos extremos. Sin embargo, este año no hay Niño y vemos cómo estos fenómenos son mayores que el año pasado”“Hemos visto en España cómo el verano se ha alargado, estamos a mediados de noviembre y las lluvias están muy por debajo de lo normal… Y este año vamos a cifras récord de temperatura y sequía desde que existen registros”, añade este portavoz de Ecologistas en Acción. Unos fenómenos metereológicos que se repiten en otros rincones del mundo: huracanes en Estados Unidos y el Caribe, lluvias torrenciales en el sudeste asiático, deshielo en el ártico, incendios forestales en Portugal, Galicia o California… “El año pasado tuvimos el Niño, que suele incrementar estos fenómenos climatológicos extremos. Sin embargo, este año no hay Niño y vemos cómo estos fenómenos son mayores que el año pasado”, argumenta Andaluz.
Desde Ecologistas denuncian más de diez años de “inacción” de los Gobiernos ante las evidencias de que el cambio climático ya está aquí y está causando millones de desplazados, pérdidas de vidas humanas, destrucción de ecosistemas y miles de millones en pérdidas materiales.